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Hola a todo el mundo, llevaba demasiado tiempo sin aparecer por aquí. El tiempo es limitado y me faltan horas del día para centrarme en todo lo que quiero hacer. Pero, en fin, no escribía en el blog desde el verano y ya me apetecía.

Además, estoy aquí para contaros algo muy especial que nos ha pasado, y es que Mercurio Distribuciones ha confiado en Tigriteando para que mostremos algunos de sus juegos que amablemente nos han cedido y pudimos incluso ir al almacén con las peques a recogerlos (venden también a través de Amazon, os adjuntamos los enlaces afiliados para vuestra comodidad).

El primer juego que quiero mostraros es el Crazy Clack!, un juego de habilidad fisicovisualdateprisaqueelprimeroselollevatodo, creado por Haim Shafir, autor de Halli Galli, Speed Cups y Batti Burri, que también edita Mercurio. En este caso estamos ante un juego que se compone de una serie de discos que cuenta con distintos símbolos de diferentes colores y dos dados, uno con los símbolos y otro con los colores. A estas alturas ya sabéis como acaba la película.

Efectivamente, sencillo como el asa de un cubo, un jugador tira los dados y todos a la vez deben buscar y coger los discos en los que aparezca la combinación de símbolo y color. Esto se hace en tantas rondas como discos queden sobre la mesa y gana el jugador que al final tenga la torre de discos más alta. Ahora viene lo divertido, caos, mucho caos, y nervios por ser el primero en encontrar los discos y cogerlos con una sola mano (repito, solo puedes usar una mano, los niños y niñas también). Es por esta razón que los discos están imantados y si quieres coger varios a la vez solo tienes que pasar uno de los discos por encima y el otro se quedará pegado.

Como os he mencionado, el sistema para saber que discos coger se resuelve tirando dos dados, pero, ¿y si fallamos? Pues seremos penalizados, dejando el disco equivocado y otro de nuestra reserva como multa.

Hay tres situaciones especiales que se pueden dar al lanzar los dados:

– La primera que uno de los dados nos de un simbolo y el dado de los colores salga blanco, con esta tirada nuestro objetivo será coger todas las fichas que contengan ese simbolo independientemente de su color.

– La segunda es que el dado de los símbolos nos muestre su cara vacía y el dado de colores no sea blanco, con esta tirada debemos coger todos los discos que contengan símbolos del color marcado por el dado, no importa que símbolos sean, lo que importa es que coincidan con el color del dado.

– La tercera, la más divertida, caótica y destructiva, dado de color blanco y dado de símbolos con la cara vacía… Sí, debemos ser los primeros en coger todos los discos disponibles en la mesa. Ya me contaréis si es útil el imán.

Teniendo en cuenta todo esto que os cuento, es con mucho, el juego más sencillo y más loco que  hemos podido reseñar. Es verdad que las primeras partidas son lentas y pueden ser muy frustrantes, pero una vez le coges el truco, trabajas muy bien la coordinación mano-ojo y la rapidez de reflejos. En definitiva, nos ha gustado mucho y nos ha parecido ideal para jugar en familia los pocos ratos sin trabajo que hemos tenido estos meses.

KIWIS VOLADORES

El segundo juego que Mercurio nos ha cedido tan amablemente ha sido una petición personal. Llevaba tiempo detrás de él por la mecánica tan diferente y porque necesitaba un juego que aportara algo de aire fresco, y, creedme, este lo hace de una forma muy divertida y sencilla. Además, viene con dos expansiones secretas dentro de la caja, que te harán jugar desde que la abres hasta que la cierras para guardarla. Lo primero que os quiero comentar es el título: Kiwis voladores, un juego creado por Marco Teubner, autor de Stone Age Junior, Carcasssone Junior o Gigi Gnomo, este último editado también por Mercurio. Viniendo de este autor, que a la vez es padre, os podéis esperar lo que es, un juego como la copa de un pino. En fin, que me descentro.

Hablamos de un juego de habilidad por varios motivos:

Al abrir la caja, te encuentras las cajas en cartón troquelado que hay que separar, hasta ahí todo normal. Separas las 40 fichas de Kiwis, 10 de cada color (amarillo, rojo, verde, azul) y separas lo que serán las rampas de lanzamiento. Efectivamente, rampas de lanzamiento para ayudar a los kiwis a su objetivo, que es, meterlos en la caja para viajar gratis. Es aquí cuando empieza la primera expansión secreta, sí, esta gente viene a revolucionar los juegos de mesa, una expansión que se juega antes que el juego base, y no tanto por montar las rampas y poner las gomas que incluye el juego, lo digo por montar la superficie de juego donde lanzaremos los discos que no es otra que la caja colocando hábilmente unos insertos de cartón para crear los diferentes compartimentos. Diez intentos, un  intento de suicidio y dos carreras de aeronáutica después, consigues montar la caja para empezar a jugar XD Cada jugador coge todos los kiwis de su color, su rampa de lanzamiento y se prepara frente a la caja. A la de tres, empezarán todos a la vez a propulsar sus kiwis con la intención de colarlos en los diferentes compartimentos hasta que un jugador consiga formar con sus kiwis un cuadro de cuatro compartimentos juntos. Ese jugador habrá ganado la partida.  Creedme, no es tan sencillo, y solo cogerle el truco a la rampa y a la goma es para estudiar ingeniería industrial, pero si lo consigues, serás capaz de meter la cena en el microondas desde el sofá.  Los kiwis volarán, caerán dentro y fuera de la caja, caerán al suelo, cruzaran el salón de tu casa para acabar en alguna estantería, vamos, que viajar, van a viajar sí o sí.

A estas alturas preguntaréis si ningún jugador consigue crear ese cuadrado dentro de la caja, en este caso, cada jugador debe contar cuantos kiwis de su color han quedado en la parte superior de los diferentes compartimentos, se cuentan los montones de cada color y cada jugador cuenta cuantos kiwis tienen en sus montones, aquí da igual el color de los kiwis que queden por debajo, gana el jugador que más kiwis tenga.

Una vez acabada la partida, podemos empezar con la siguiente expansión, que no es desmontar la caja, sino buscar los kiwis que se hayan quedado dispersos por el perímetro de juego. La verdad, poco más que añadir y junto con Crazy Clack, dos grandes apuestas de Mercurio como juegos infantiles o para un público casual. Dos juegos que, si bien no son muy profundos, lo tendrán fácil para hacer las delicias de los peques, es más, hace una semanas tuvimos la oportunidad de probarlos en un encuentro sobre juegos de mesa en el que participamos y triunfaron rápidamente. Por lo que si estáis buscando un regalo para las fechas que se acercan podéis tenerlos en cuenta.

Sin más, os dejo hasta la próxima, no sin antes agradecer a Mercurio esta colaboración.

¡Espera un momentito!

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