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Nueve meses dentro, nueve meses fuera.

Ayer Lola cumplió nueve meses, el más especial de los cumplemeses, para mí, porque termina (más o menos) la exterogestación. Lola ha venido al mundo para mandar todavía más a la mierda mis expectativas y por un lado, a sus nueve meses me parece la más bebé de mis hijas, y por otro lado, me da la sensación de que es una viejecita encerrada en un cuerpo de bebé, todo le parece bien y cuando algo no le parece bien, nos lo ha hace saber como ninguna niña. Calmada pero intensa, me recuerda mucho a Emmita, pero mucho más calmada y mucho más intensa XD

Me habéis preguntado infinito por como fue el parto de Lolipop, siempre digo que parecido al de Vega y os remito al blog, y hoy por fin (anoche iba a hacerlo pero un cuerpecito decidió pegarse a mí y decidí que eso era más importante que ninguna otra cosa) os cuento cómo fue su llegada al mundo. In-creíle 🙂

(Hay faltas de ortografía, luego las arreglaré, lo siento.) Referencia muy explicitas, aviso

Lola iba a nacer por cesárea, placenta previa, las semanas pasaban y del no te preocupes que subirá, pasamos al reposo relativo y vente enseguida si empiezas a sangrar.

32 semanas.

Oclusiva. Total. Le pregunté a mi gine tortugosa favorita, Bei no va a subir y le dije tiene que subir, pues habla con tu placenta. Me podía haber dicho que rezara a la Virgen, pero sabe que yo soy poco de rezar. Así que hablé con mi placenta. Le dije que respetaba y veneraba el trabajo que hacía por mi bebé y que me vendría Deluxe poder parirla, que mi vida era muy complicada con tanta niña XD Decido donde voy a parir, en Madrid tenemos opciones respetuosas también para cesárea. Y acepto, no sin llorar, que esto va a ser un aprendizaje.

33 semanas. Tuve un accidente, poca cosa, con el coche, súbete a gine y que te echen un ojo. La placenta ha subido lo suficiente para parir. Yeahhh. Y la criatura está en transversa. Esto me gusta más porque, aunque tengo muchas papeletas, ahora al menos puedo hacer algo en vez de hablar con mi placenta. Lo que viene a continuación es mucho esfuerzo, mi fisio bonita Marta, y mucho dar el coñazo, “se dará la vuelta como hacemos todos por no escucharte”. Plasta que soy a veces XD Pico y pala.

Me levanto un día por la mañana. El bebé ha rotado, voy a un sitio de ecos, “quiero hacerme un ecosexo pero sin saber el sexo” me miran como si fuera idiota, le cuento la película, me miran como si fuera idiota, si tenéis algo más barato me vale, me miran como si fuera idiota y me dicen que tiene un ecolatido pero que no me dan foto ni nada, le digo que yeah, ni foto ni nada, me siguen mirando como si fuera idiota. Pone el ecógrafo y ahí está cabeza abajo. Le digo que gracias. Revisamos lo demás, no no con esto me vale. Me siguen mirando como si fuera idiota.

Voy a parir.

Yeahh

El bebé está colocado fatalito, no hay manera de que rote como yo quiero (expectativas, expectativas, expectativas), pero asumo que la vida es así. Que ya parí una niña en posterior y voy a poder parir a otro bebé. Me acuerdo del expulsivo y lo que dolía, en mi hospital de referencia hay piscina de partos, pero no puedo usarla porque soy multípara. Sigo luchando contra las expectativas. Es su miedo, no la evidencia realmente. Acepto. Tengo plan A, B, C.

Semana 40 expectativas a la mierda de nuevo. No solo no nace, sino que encima pierdo la apuesta para elegir su nombre.

Semana 41. Noto que será la noche. Mi hija anteriormente conocida como bebé, mi bebé grande no puede dormir bien por la noche. MA se la lleva al salón. Yo la controlo, tú duerme. Si empeora te aviso y si notas contracciones me avisas. Ok Lo siguiente que recuerdo es que me da un beso y me dice que se la lleva a urgencias. Intento dormir, pero no puedo, achucho a mis otras niñas. Un WhatsApp, ¿venís ya? Ahora te cuento. No me gusta la frase. No me gusta la sensación. Minutos interminables hasta que llega la llamada. La vamos a trasladar a una UCI pediátrica. Pero si ayer estaba perfecta, pero que pasa, que me estas ocultando, no me mientas que estoy preñada pero no soy gilipollas. Llamo a mi madre, venid a quedaros con las niñas, le cuento toda la película y me voy al hospital. El taxista al verme con el panzón sufre un poco, tranquilo que no estoy de parto. Las caras, la niña que no remonta, la ambulancia, con lo que para ella supone el stress, el ruido, la parafernalia. Sin su mamá. Llego justo a tiempo para decirle que enseguida la veo en la UCI. Culpa, culpa por mi bebé que iba a nacer y no estoy pendiente de eso, culpa por la niña que no puede tenerme al 100%.

Una semana diciendo “qué situación, qué situación”, no me salía otra cosa. Abril nos dio una lección de todo, estaba pendiente de todos los niños y de todos los bebés, de las máquinas que pitaban, de la saturación, hacía observaciones increíbles “cuando están sus papás, satura mejor, por la noche, ese bebé satura peor, creo que echa de menos a sus papas, gracias por quedarte conmigo en este asiento, papi”.

La última visita de obstetricia me voy a ahorrar contarla, solo sé que ya no voy a poder volver a este hospital. Por suerte tengo plan B. No hace falta. Llega el alta y con el alta, la alegría, Marian viene a hacerme un Hamilton, Javi me pone agujas, continuando el trabajo que hizo ayer Jesús (acupuntura). A las 10 se van, mañana te mando foto del bebé, se ríen, saben que esto es pan comido. Empiezan las olas, despacito. Las niñas juegan felices juntas, les digo que las vamos a llevar con la abuela para no tener que despertarlas a media noche, que estoy segura de que hoy nace el bebé. Se marchan muy contentas, sé que no era lo que quería Abril, pero al menos están con sus hermanas, ni una queja, se marchan muy felices y deseándome suerte. Mañana te vemos, bebé.

Mensaje a E. Pasado mañana entraba de guardia, le escribo creo que el lunes te veo y me das el alta XD. Quieres que vaya, no hace falta, descansa. Lo que necesites, lo sé. Te va a encantar la guardia. Gracias. Felix felicis.

Intento dormir. Imposible. Me meto en la bañera, y allí pasan horas. ¿Donde quieres parir? En Torrejón. Son 45 minutos. Lo sé. Vas saliendo? No, va despacio, tranquilo. Échate, te despierto si hay cambios. Ni se echa, ni se duerme, hay mucha tarea que hacer, lleva una semana sin dormir nada, yo llevo una semana durmiendo poco, el bebé está colocado fatalito, peor tengo la extraña sensación de que todo va ir bien, como si me hubiera tomado una poción felix felicis.

Empieza a ser intenso y recuerdo los 45 minutos de coche del parto de Emma (nació a la hora de llegar), medimos contracciones, un minuto de contracción, cada dos minutos. Tranquilo, se paran en el coche. Y así fue. Tiro para Móstoles, no avanza, va despacio.

Llego a Torrejón. El celador me habla, no entiendo porque, pero no me molesta, me hace mucha gracia y pienso en cómo somos las personas. Le pregunto a MA si cree que está fumado y me dice que no que es así de simpático.

Contracción heavy. Me tiro al suelo. Vienen las matronas. ¿te acuerdas de mí? Mi matrona con Emma. Felix felicis. La abrazo, le cuento mi película, lo cansada que estoy. Te hago un monitor o te exploro. Explórame porque si estoy de poco quiero la walking, lo dices de broma o en serio, tú explórame y ya te digo yo lo que quiero XD

5cm, oh yeah, A. flipa un poco porque no me nota muy de parto activo, estoy tranquila y feliz, me llenan la bañera, de momento no me meto porque esto va muy despacito. Nos deja solos, cada x tiempo viene a escuchar al bebé, yo aprovecho porque sé que no voy a tener intimidad con mi marido en un montón de tiempo y sé lo que voy a echar de menos. El tiempo pasa, todo es bonito, hay intensidad, no hay dolor, no hay sufrimiento.

Algo cambia, de repente, que venga A. “hazme un tacto y dime cómo estoy que si no he avanzado no me meto en la bañéra”, metete si quieres, no hace falta que te explore. Explórame que si no camino que empiezo a estar muy cansada de que esto vaya tan lento (expectativas). Otra cara de sorpresa, me explora y si, metete ya XD Estás tan tranquila y lo llevas tan bien.

Es la hipnosis.

Qué bien

Espérate al expulsivo. Ahí ya no me consuela nada.

Se ríe.

La bañera es placer total y absoluto. Echamos alguna foto y muchas risas, me traen un cubito para echarme agua en la tripa y es de desechos tóxicos. Me parto de risa. Ya no queda nada.

Recuerdo a Miguel que queríamos hacernos fotos que si podía preguntar si podía venir.

Y algo vuelve a cambiar.

Primer pujo. ¿ya? Primera sensación, aún no estoy preparada.

Quiero una matrona aquí. Ahora. Ya.

Viene y hago un viaje en el tiempo con el parto de Emma. Mismas sensaciones. Solo que estaba vez ya noto que no va a ser fácil.

Segundo pujo. Me pongo a cuatro patas en la bañera. MA me acaricia el pelo.

Pasa el tiempo, no sé cuánto, sé que no fue mucho, pero para mí es eterno.

Viene T., la pediatra de guardia, nos conocemos de vernos en fiestas de cumpleaños, es amor. Felix Felicis. Que, si quiero que esté en el expulsivo, sin duda. Hay otro parto y la llaman, pero yo no me doy cuenta de que se va

Pregunto si está en posterior porque duele un huevo. No. Y empiezan a hablar MA y A del parto de Abril y empiezan a decir cosas muy bonitas de mí pero que no me reconfortan nada, porque yo quiero volver atrás en el tiempo y ponerme la epidural.

Lloró gimoteando. Tengo dolor mucho dolor. Lo digo en voz alta. Me dicen lo estás haciendo genial. Pienso eso ya lo se yo y a la vez me reconforta, soy dos personas a la vez, como disociada, la borde de pelotas y la dulce hasta morir. (MA me dice que no me había visto así con las medianas y que no sabe bien cómo ayudar, y es que no puede, nadie puede hacer esto por mí).

Otra contracción. Me quiero morir. Básicamente. Llego tiempo al kalinox? ? Era una pregunta retórica, ya sé que no tiene sentido ya.

Siento como la niña empuja con las rodillas y los pies, noto su cabeza y le digo ve hacia la luz, me rió yo sola, gira cariño, gira.

Mi cuerpo hace algo extraño como un salto a la vez hacía atrás y arriba ,y levanto la pierna izquierda. ¿Por qué hace eso? No lo sé. Me arrepiento de no haberme puesto la epidural como nunca porque ahora noto ese dolor, que te parte en dos, me conecto con todas las mujeres de la historia, todas las mujeres que han permitido que yo exista hoy. Me quiero morir. Y no morirme al mismo tiempo. Sé que son segundos y se pasa. Aaaaaaahhhhhhh

Sale la cabeza. Alivio absoluto. Ya está aquí.

Pasa el tiempo. Misma sensación que con Emma.

Noto que muy suavemente deshacen vueltas de cordón.

¿Pero y cuando va a salir el cuerpo? Otra pregunta retórica en plan “cuando coño va a terminar de nacer esta niña” pero A. me contesta muy dulcemente en cuanto tengas la siguiente contracción.

Empieza. Mi cuerpo levanta la pierna izquierda, no se porque lo hace, pero lo hace. Se que quedan segundos. Ahhhh. Se desliza hacia la vida.

¿La tienes? (pienso he dicho la?)

Me giro, el cordón es corto y no llega a mi pecho. No pasa nada, patada voladora sobre la cabeza de la matrona y agua (sopa primitiva lo llamó Miguel por su alto contenido biológico XD) sobre su pelo y cara (y de Miguel XD). Esta anécdota la contaremos varias veces a las niñas y probablemente cada cumpleaños. Ni siquiera me acuerdo de pedir disculpas XD ¿por qué no pido que me la pasen por debajo? Ni idea XD

Y lo primero que veo es su entrepierna, ¡es una niña! digo. Es la primera vez que lo veo yo la primera y es una sensación muy bonita verlo así.

Nos pone A. una toalla por encima y a la nena un gorrito, le recuerdo a Miguel que tenemos nuestro propio gorro y nuestra propia toalla pintados por sus hermanas (se morían de ilusión) pero ni me mira, solo tiene ojos para su nena. Tampoco se acordó de las fotos, ni de que Emmita tenía un video del expulsivo, bastante que conseguía permanecer despierto XD

Entra T. Me da una pena que se lo haya perdido, pero me alegro que esté porque soluciona el asunto fotos. Luego me alegraría más aún de que ella fuera la pediatra de guardia.

Seguimos embelesados con la nena, ¿a quien se parece? Yo sigo en mi nube de oxitocina pero Miguel empieza a pensar que sigue muy moradita, no llora, apenas un gemidito.

Salgo para alumbrar, esta vez pedí manejo expectante (Cuando Vega nació en gine no estaban muy convencidos de darme el alta temprana y esta vez necesitaba irme a casa cuanto antes) y fue increíblemente sencillo, rápido e indolor. Pedí el kalinox, pero cuando me di cuenta ya estábamos separadas del todo y no dio tiempo a usarlo. No hay desgarros.

“A. yo esto ya me lo sé, quiero drogas para los entuertos” Se ríe y me trae un enantyum.

Cortamos el cordón que llevaba ya un buen rato blanquito, miro a la nena sigue sin color rosita, ha pasado ya un buen rato, mi mirada se cruza con la de Miguel, pensamos lo mismo. A. la da un último vistazo antes de irse a hacer el papeleo, voy a llamar a la pediatra. Intneto ponérmela a la teta, nada, parece que tiene una flemilla. Viene T. observa, su cara un poema, la cara de Miguel otro, yo muy tranquilona (hormonas? Conexión?), la vas a aspirar? No, voy a esperar un rato, la observamos porque si no la voy a tener que ingresar. Vale. Estoy en el mejor sitio posible para estar ingresadas, Miguel se iría con ella y yo me encuentro fenomenal para poder ir también. El único motivo por el que nace en un hospital es por tener un pediatra cerca.

Al final termina de expulsar las flemas, se engancha a la teta y empieza a coger colorcito. Viene T. Todo bien. Todos felices. Viene A a despedirse, ¡aún no me creo mi suerte! Repetir dos veces con una matrona así es maravilloso.

Sé que MA se muere de ganas de cogerla, y sabe que tiene que estar con su madre. Le digo que me voy a duchar, nos miramos, me dice que no hace falta que tiene toda la vida para cogerla. Es verdad. El tiempo pasa lento y rápido.

Una niña. Sana. Le cantamos su canción

Gracias a la vida por haberme regalado tanta.

¡Espera un momentito!

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