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Las tigris no son de mucho, ni buen dormir. Emma se despierta cada media hora al principio y cada 10 minutos una vez ha amanecido, y Abril, aunque tiene menos despertares, tiene pánico a la oscuridad. Así que la forma en la que descansamos más cómodamente es colechando, es decir, dormir todos juntos (y revueltos).

Muchas familias solucionan sus problemas de espacio nocturno, simplemente tirando los colchones al suelo. Como amante de las cosas bonitas – y sobre todo porque mi casa es mini y necesito mi canapé como almacenaje extra- eso no me valía, así que ésta es la solución a la que hemos llegado. Tenemos dos cunas, una minicuna de colecho y una maxicuna adaptada por Macho Alfa, adosadas a nuestra cama de 1,50.

Al principio de la noche, cada uno se acuesta en su posición asignada, pero durante la noche hacemos nuestro particular twister y por las mañanas nos levantamos de la forma mas inverosímil, llegando a aparecer los mayores en las cunas y las dos peques con el culo en pompa ocupando toda la cama. La verdad es que somos muy felices durmiendo así.

Las colchas de buhitos se las hizo coordinadas una de sus abuelas 😉

Y dormimos tambien con totoros y peppaspig. Al desplazar la cama para poner las cunas, tuvimos que quitar una de las mesillas componibili de Kartell, que ahora utilizamos para meter gasas, toallitas y más cosillas de las nenas.

El cojín de cerdito lleva un altavoz para que Emma escuche ruido blanco y duerma un poco mejor. Y el peluche tiene olor a lavanda y si lo metes en el microondas además calienta la cama

No hay mucha más decoración, salvo está foto en canvas, el momento en el que se conocieron las niñas, Emmita tenia unas horitas y ya la adoraba su hermana:
Tenemos luces repartidas por toda la habitación para que Abril no tenga miedo.
Y también estrellitas que brillan en la oscuridad
Lo único de glamour que queda de nuestra habitación de solteros es nuestra lampara Caboche 😀
Pero dormimos felices 🙂

Y vosotros, ¿cómo dormis?

¡Espera un momentito!

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