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Stone Age Junior – La “simpática” Edad de Piedra

Hola, muy buenas, como se nota que es verano y que tengo algo más de tiempo para que nos veamos por aquí. Pues de tiempo va el juego que os traigo ahora, el Stone Age Junior,  probablemente al que más le hayamos dedicado en este último año (es el favorito de Emmita,me lo regalaron por mi cumpleaños) y una buena oportunidad para ir introduciendo a los más peques en las curiosidades de la Historia (o de la Prehistoria, mejor dicho)

El título del juego que nos acompaña es Stone Age Junior, una versión para peques de otro juego de Devir con el mismo título pero sin el Junior. En este caso, nos encontramos con un juego de Marco Teubner (Carcassone Junior) e ilustrado por Michael Menzel (Leyendas de Andor).  Un juego familiar que permite jugadores de 5 años de edad en adelante, aunque nosotros llevamos jugando con Emma desde que tenía 3 años. Es un juego con un arte muy simpático y una mecánica muy sencilla que permite partidas de 15-20 minutos.

COMPONENTES

En la caja encontraremos componentes de dos tipos: cartón grueso y madera.

Empezando por el cartón, se nota que se ha trabajado en un producto para jugar con niños porque el grosor llama la atención…leches, el tablero es lo más fino que viene en la caja, y no os penséis que es una cartulina. Todo es de un grosor importante, las casitas con las que construiremos nuestros poblados, las bases que formarán nuestros poblados, las fichas que nos indicarán el lugar al que debemos desplazarnos, hasta unas fichas de unos perritos que harán las veces de comodines (Nosotros tenemos perretes de más porque cuando Emma era más pequeña y conseguía una mascota, le daba pena entregársela a otro jugador, con este gesto tan pequeño evitamos mucha frustración). También tenemos una cabaña hiper hardcore solo para los jugadores más experimentados.

Empezando por el tablero, es verdad que no es lo más grueso que os vais a encontrar, pero cumple su función ya que no es lo que más castigo va a sufrir durante la partida. Viene impreso por las dos caras, aunque solo jugaremos por una de ellas. En él vamos a encontrar las distintas localizaciones disponibles (río, cantera, mercado, cazadero y un bosque) donde colocaremos los diferentes recursos de los que dispondremos durante la partida.

Las piezas que componen la reserva de casas y las fichas que indican el lugar al que debemos ir o cuantos movimientos tenemos que realizar tienen un mayor grosor, al igual que las bases donde pondremos las casas, las fichas que indican el color de cada jugador y los comodines.

El otro componente estrella no puede ser otro que la madera: peones para representar a los jugadores en cuatro colores diferentes (amarillo, verde, rosa y azul) y un montón de recursos necesarios para la construcción de los poblados (cerámica, pescado, frutos del bosque, puntas de flecha y colmillos de mamuts)

El manual de instrucciones es una cosa que no os podéis perder, pues viene acompañado de un pequeño cuento en el que dos niños nos cuentan como es vivir en la Prehistoria. Tras la historia encontraremos las instrucciones con una gran cantidad de dibujos, texto sencillo y letras grandes, vamos, apto perfectamente para niños que están empezando a leer.

MECÁNICA

Al ser un juego para niños la mecánica está muy bien simplificada, dejando una dosis justa de azar, un tiempo de partida bien calculado para que los peques no se cansen y un despliegue de componentes muy vistoso. Además, el ver crecer los poblados según avanza la partida le da un buen punto de realismo.

Una vez hayamos colocado el tablero en el centro de la mesa, dispondremos a su alrededor las fichas de bosque, unos discos que nos indicarán, al darles la vuelta, la localización a la que nos debemos dirigir o el número de movimientos que tenemos.
Debemos colocar los discos de forma que queden tres a cada lado del tablero y cuatro sobre y debajo del mismo. Colocaremos también tres recursos de cada tipo en su localización correspondiente y un recurso de cada tipo en el mercado.
Apilaremos las casas en tres montones de cinco en el lugar indicado del tablero. Estas casas llevan impreso los recursos que necesitaremos recolectar para poder canjearlos por ellas y añadirlas a nuestros poblados.
Cada jugador cogerá su peón y lo colocará en la choza del centro del tablero y la ficha que indica su color, además, tomará una estructura de cartón previamente montada y que tiene tres huecos donde insertaremos las casas una vez las consigamos (son los solares declarados urbanizables…aquí empezó la corrupción inmobiliaria)


A partir de aquí el objetivo es fácil, gana el jugador que antes tenga 3 casas en su poblado, pero ¿cómo hacerlo?

 

HORA DE JUGAR (llegó, con Jake el perro y Finn el Humano…)

Empieza el jugador más joven dándole la vuelta a una de las fichas de bosque y desplazando su peón a la localización que indique o moviendo el peón tantas localizaciones como indique el dado impreso en algunas fichas. Acto seguido el jugador coge el recurso de la localización en la que haya caído o una ficha de perro (comodín) y pasa el turno al siguiente jugador.

Cuando un jugador tenga los recursos necesarios para construir alguna de las casas de la reserva deberá encontrar la ficha en la que aparezca la choza del centro del tablero o una ficha con los movimientos suficientes como para llegar al centro del mismo. Allí canjeará los recursos, que volverán a sus localizaciones, por la casa correspondiente y la pondrá en uno de los tres huecos de su aldea. Una vez hecho esto dará la vuelta de nuevo a todas las fichas de bosque e intercambiará dos, lo que obligará a todos los jugadores a recurrir a su memoria para encontrar las fichas deseadas.

Hay que tener en cuenta dos casillas especiales; la perrera, donde recogeremos a uno de los perros que nos servirá como comodín; y el mercado, donde podremos cambiar uno de nuestros recursos por otro de los disponibles en esa localización.

Hasta aquí Stone Age Junior, un juego divertido y sencillo apto para toda la familia. En casa es un hit, no hay vacaciones que no se venga con nosotros. El “juego de las botijas”, lo llama Emmita. Imaginaos si es tan preferido que hasta Bei ha hecho unas reglas para jugar de forma cooperativa. Aquí os las incluimos por si os animáis como os prometimos en el recopilatorio de juegos de mesa cooperativos, al que añadiría, dicho sea de paso, dos sugerencias que nos hicieron en los comentarios del post (Gracias!): El Magic Maze y el Leyendas de Andor. que también tiene una versión para dos jugadores, podéis echar un ojo también al recopilatorio de juegos de mesa para parejas.

Modo cooperativo

  • Se disponen todas las fichas sobre tablero como en la versión standard, lo que difiere es la mecánica del juego.
  • Contamos la historia, ha habido una serie de cambios demográficos y necesitamos construir un nuevo poblado, antes de que pasen cuatro semanas, que vendrá el frío. Las semanas las contamos con las fichas redondas de cada jugador, cada vez que salga la casita y tengamos que dar la vuelta a todas las fichas, ha pasado una semana (en una versión cooperativa más heavy, se elimina el jugador).
  • Empieza como siempre el jugador más joven y va recolectando fichas, cuando tengan las fichas suficientes en equipo decidiremos cual coger de los montones, aportando cada uno las fichas de madera que pueda.
  • Cada vez que salga la casita, aparte de perder una de las fichas redondas (semanas), se barajaran de nuevo las fichas de movimiento para no saber donde están las fichas (con niños muy pequeños podemos dejarlas donde están  y simplemente darles la vuelta)
  • La casilla del mercado también cambia, podemos elegir cual coger sin ofrecer otra ficha a cambio.
  • El juego termina cuando conseguimos tener cada uno tres tarjetas en nuestros moldes antes de que pasen las cuatro semanas.

Editamos con otra versión cooperativa del blog Univsersín 😉

Ayer probamos esta versión cooperativa y nos gustó mucho, aunque con algunos cambios con respecto a la tuya: solo construimos cuando alguien cae en la casilla de la casa (o si sale en una ficha).Cuando se descubre la casilla de la casa, barajamos las que en ese momento están ya descubiertas, así pueden usar la memoria para recordar cuáles no se habían girado y así intentar evitar que salga de nuevo la casa, además de que da una pequeña ventaja si ha salido la ficha de la casita muy pronto.

¿Os gusta algún juego de mesa histórico al que juguéis en familia? ¿O algún juego al que no os podáis negar nunca?

Os esperamos en los comentarios.

¡Espera un momentito!

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