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Montessori y Disciplina Positiva, ¿moda? ¿experimento? ¿chorrada new age para tratar a los niños desde el sentido común? En este post trataré de daros mi visión sobre estas dos filosofías de vida, que pueden aportar una gran simbiosis si se entiende la base.

Montessori, lo he contado más veces, para algunas personas se ha puesto “de moda”. Pero solo la parte frívola. La parte de mirarnos a nosotros mismos, de cambiar el orgullo y la ira -que son nuestros grandes problemas como adultos que nos relacionamos con infancia- y cambiarlos por conexión y paciencia, de eso, se habla bastante menos, y es que estos cambios internos no venden en Instagram.

Sí, está de moda Montessori. Pero para el entorno es como mínimo una chorrada sacacuartos, el entorno que siempre está aportando “algo”, desde el “antes no os criábamos con tanta tontería” al “pues no habéis salido tan mal” nos hace, si no lo impedimos, sentirnos juzgados con nuestra decisiones.

El problema de base, a mi juicio, no es este, el problema es luchar contra nosotros mismos, contra las expectativas que nos han impuestos o nos hemos auto impuesto de forma consciente o inconsciente.

Nos molestan los juicios ajenos porque nos han enseñado que el error es un fracaso absoluto y que si no cumplimos las expectativas de los demás no somos valiosos.

También nos resultan molestos porque son una gran falta de respeto, por supuesto, pero con el entorno cercano, es más profundo.

Según tengamos el día, nos afectan más o menos. A mí ya no suele afectarme, pero incluso con Lola, que ya nos ha pillado con mucho sueño y muchas tablas, a veces me siento mal, juzgada, cuestionada, herida en el fondo.

Lola no usa carro, tampoco la bañamos en bañera y no duerme a menos de veinte centímetros de mi cuerpo. Y puede parecer que es permisividad por nuestra parte, incluso hay quien quiere ayudarnos (aunque a primera vista no lo parezca, este tipo de opiniones tienen una función social, centrada en el ego, pero social al fin y al cabo) pero para nosotros todo está bien.

Es una niña feliz, risueña, que no llora nunca, salvo en el coche (o en un exceso de amor fraternal XD). Cuando se despierta de noche no llora, me mira, me toca, me llama, me da pataditas, patadazas, hasta que me despierto.

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No la bañamos porque llora, creo que se siente incomoda cuando pierde el control (yo la veo ya como un polluelo de aguiluchi XD), pero si nos duchamos con ella en brazos, está todo bien, ¿por qué cambiarlo?

¿Quién ha dicho que los bebés son todos iguales y tienen que bañarse y pasar x minutos al día sobre la barriga cuando no han llegado solos a esa postura y además se sienten incómodos?

¿Y quién ha decidido a qué edad hay que caminar, dejar el pañal, aprender a leer o dormir solos?

¿Quién?

Nadie.
 Está claro que hay ciertos parámetros que conviene observar para descartar problemas, pero en la mayoría de los casos, su ritmo de desarrollo es suyo y de nadie más, ¿de qué sirve presionar? ¿De qué sirve empujar?

Solo hay una cosa que funciona siempre: el enfoque en soluciones.

Aunque hay algunas cosas que no tienen otra solución que el conocimiento que permite la aceptación y la cronoterapia.

Siempre digo en los talleres que no arreglamos lo que no está roto. Lo que piensen los demás, es suyo, no nuestro. Lo nuestro es la mirada que nos echamos nosotras y nos permite conectar (nosotras o con su padre).

El hecho de que a muchos bebés no les guste el carro no es una cuestión de que les hayamos acostumbrado (mientras nazcamos de los úteros de nuestras madres y no de frascos, vendremos acostumbrados de serie a la sensación de contención que dan los brazos), no querer montar en carro es de lo más habitual y es que Lola es como la primera cría de Homo Sapiens que hubo, sabe que solo puede sobrevivir con sus padres cerca.

Esto no es sobreprotección, cuando ella quiere suelo (suelo sucio a veces jaja es lo que tiene ser la cuarta) lo tiene. Es conectar con sus necesidades sin olvidar las nuestras. Eso es ser firme y amable. Eso es ser el adulto autoritativo (estilo de crianza democrático o respetuoso) que se promueve desde la filosofía Montessori.

Olvidarnos de las miradas de los demás y conectar con la mirada del ser que tenemos el privilegio de maternar.

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Con mi otra pasión, la disciplina positiva, pasa igual, parece una moda. En ocasiones me dicen, a mí la disciplina positiva no me funciona porque mi peque no me hace caso cuando le digo que ropa se tiene que poner, cuando le meto prisa y me ignora y cuando me dice a todo que no.

Es que, amiguis, la DP, no es eso, la DP es dejar de decir a los niños la ropa que se tienen que poner, organizar nuestro día a día para que no haya prisa. Si la hay, expresar nuestra necesidad y pedir colaboración, que no es lo mismo que exigir, y entender que los niños son personas y tienen TODO EL DERECHO DEL MUNDO a expresarse, negarse y decir NO.

Nuestra tarea es respetarlo y llegar a acuerdos de convivencia. Cuando no sea posible respetar sus NOes (ir sentado y abrochado en la silla del coche), validar su emoción desagradable, reconocer y permitir lo que piensa, con la máxima dignidad y el máximo respeto, hablando de nuestra necesidad de protegerles.

Disciplina positiva es eso, no formas edulcoradas de conseguir que los niños hagan lo que queramos y encima no puedan ni quejarse. Por eso, para muchas personas, no funciona, porque se les ha olvidado que los niños tienen los mismos derechos que el resto de las personas y eso es la base de la DP. A veces tampoco funciona porque queremos resultados en vez de valorar procesos.

La DP es sobre todo, disculparse, aprender de los errores y buscar soluciones, no tiene nada que ver con madres perfectas, ni niños perfectos, más bien con gente valiente que no tiene miedo de decir, desde la honestidad, la cago lo más grande. Lo siento. Gracias. Te quiero.

Aquí es donde entra en acción la simbiosis con la filosofía Montessori, porque no consiste en comprar torres rosas o camitas casita, no.

Montessori significa luchar cada día contra el orgullo y contra la ira, y para eso tenemos que trabajar la conexión y el autocuidado y sobretodo tenemos que entender a los pequeños.

Porque lo más difícil es luchar contra las expectativas, y esas expectativas se rebajan con Montessori, los bebés no están biológicamente preparados en su mayoría para dormir solos, su necesidad de exterogestación no es un capricho, es pura supervivencia. Los niños de dos años están en un periodo sensible de movimiento y no podemos obligarles a sentarse a la mesa con nosotros o regañarles por moverse constantemente. Los de cuatro están en pleno uso de su autonomía y por eso tienen todo el derecho de elegir la ropa que quieran ponerse y cuando entran en el siguiente plano, sus necesidades cambian, necesitan explorar lo que es la justicia y necesitan explorar el ser social, hablar con tus iguales. Con siete expresan la misma necesidad de movimiento que tenían con dos.

Se nos ha olvidado lo que es un niño “normal”, puro, sin filtros, sin “domesticar”, se nos ha olvidado como nos sentíamos cuando éramos niños.

Montessori nos devuelve a ese momento, nos recuerda que las necesidades, tendencias humanas y periodos sensibles, de los niños, no son caprichos, sino lo que necesitan para construirse, y de esa construcción, depende su supervivencia. Y por supuesto Montessori nos recuerda que el orden es tan importante como la libertad y que no podemos caer tampoco en la permisividad, ni en el libertinaje, por mucho que un niño de dos años tenga ganas de correr, por respeto a los demás, no podemos permitirlo, la clave está en decir lo que sí puede hacer “te apetece correr verdad, cariño, ¡salgamos fuera!”

Hace cuatro años tomé la decisión de compartir esto,  que para mí era Montessori en la crianza, con el mundo, en la vorágine de camas casita Montessori que me perseguían XD (es broma, son preciosas), hace tres conseguí ponerlo en marcha con mi primer curso sobre Montessori en el hogar y ahora ha llegado el momento de dejarlo marchar y en breve empezaremos la última edición intensiva del Curso Montessori 1+2 y me llega feedback tan bonito como :

Me ha encantado tu newsletter, las modas…por un lado el postureo y por otro la posibilidad de que más gente conozca en profundidad esta filosofía tan maravillosa.

Cada vez me da más pena la gente que hace esos comentarios del estilo que comentas, pienso para mí: siento por tus hijos que te dé tanto miedo cambiar. Pero casi nunca opino nada, salvo que me pregunten, porque suele aparecer el comentario tipo: «ya, ya esos inventos…como esos niños a los que no se le podía reñir que se traumatizaban y ya ves ahora son unos ninis»

No es que yo pueda ser un ejemplo de Montessori de libro, ni dar muchos consejos (no llego ni a cuaderno de apuntes con mi desorganización crónica XD), pero sé al 100% que yo he cambiado por dentro, no tanto como quisiera pero sí más de lo que creía.
Hace poco, en dos momentos distintos, dos amigas con hijos me dijeron que tenía mucha paciencia con mis peques. Nunca me he considerado paciente con los demás, pero resulta que voy mejorando!!! Soy perfeccionista, rápida y exigente. No hubiese sido consciente de que esos rasgos conducen fácilmente a la ira y al orgullo si no fuese por tu curso, por María Montessori. Estoy segura de que mi relación con mis hijos habría sido más triste sin este conocimiento: observarlos, escucharlos, no intervenir, conectar…es barato de dinero pero caro en autocontrol.

Me ha hecho gracia lo de Lola y la bañera, a mi mayor le pasó, no quería ni acercarse a esa zona del baño, se duchó en mis brazos mucho tiempo :), menos mal que ya había empezado a leer tu blog, si no al pobre le habría acabado tocando el método tradicional y habríamos sufrido todos 🙁

Gracias por tu newsletter, siempre alentadora.

Me siento muy afortunada por haber podido compartir el curso 1+2 con tantas personas y es hora de dejarlo marchar y enfocar la energía en nuevos proyectos, porque no podemos olvidar que los proyectos tienen que ser sostenibles, o son solo sueños y no proyectos 🙂

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Si participaste en su día y no te dio tiempo, escríbeme y si quieres coger el último tren en formato intensivo (se quedará en formato cápsula de momento) CON UN 20% DE DESCUENTO, con el código PREVENTA20 HASTA MAÑANA 1 DE FEBRERO , día que empezamos y cerramos ciclo 🙂 Aquí puedes apuntarte.

Espero de corazón ayudaros a tener un poquito más de paciencia y conexión, que entendáis, observéis a vuestros peques y que no os olvidéis de que la varita está en vosotros, porque vosotros sois los que podéis SEGUIR AL NIÑO/A y ahí, está la diferencia.

Gracias a todos los que confiasteis en mi de alguna forma con este curso 🙂 

Un abrazo enorme, intentaré pasar más por aquí 🙂

Curso online de Disciplina Positiva aquí y Talleres presenciales aquí (Estamos pendientes de ir a Plasencia, Baleares y Cadiz,
Vigo y Santiago de Compostela, ojalá logremos cuadrarlo.)

¡Espera un momentito!

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